La sensación:
Una mujer en tacones no es la misma que una en zapatos bajos. El hecho de caminar en puntas y ver el mundo 10 centímetros más arriba, hace que su manera de actuar cambie.
La tensión en sus pantorrillas la hace estar consciente de sus piernas y, por lo tanto, se siente con más dominio de su cuerpo. La nueva altura la obliga a erguirse, lo que la hace sentir más elegante. Y, finalmente, el paso firme que exige un tacón, le da una sensación de seguridad que algunas veces es necesaria, aunque ésta sea de que no se va a caer.
Un zapato se puede ver como un simple accesorio cuya función básica es cubrir el pie. Sin embargo, como se ha podido ver en el párrafo anterior, un simple tacón puede afectar la actitud de la persona que lo use. Este caso se da con cualquier prenda de vestir o accesorio complementario; todos producen una sensación, ya sea por la idea que nos han vendido de lo que representa una prenda en específico, o por el valor que cada persona le dé.
Lo interesante, entonces, es que la persona pueda provocarse las sensaciones. Cuando se ve a alguien comprando, lo que está haciendo es decidir cómo se quiere sentir en un momento determinado, más allá de conseguir algo que sea cómodo, abrigado o que se pueda combinar fácilmente.
La historia:
Sobre las historias que cuentan las marcas, y no la historia de la marca en sí, se puede divagar mucho y especular más. Por esta razón, se recurrirá a tres ejemplos para que la idea se entienda lo mejor posible, pero es un principio que puede aplicarse a cualquier marca.
Prada cuenta una historia de éxito. La mujer que viste de esta marca ha triunfado en algo y por alguna razón; su manera de decírselo al resto del mundo es luciendo una camisa de la última temporada o con una cartera que deje ver el nombre de la casa italiana.
Gucci tiene una historia de sexo. La heroína siempre utilizará su sexualidad para conseguir lo que quiere, sea al comienzo del relato, en el nudo o al final.
La historia de Chanel es sobre la elegancia; pero la que se tiene naturalmente, sin mucho esfuerzo. Chanel, presenta a una chica que es genuinamente chic, así como Coco. Éste quizás es el único caso en el que la historia de la marca es la misma que quiere contar hoy con sus diseños y campañas.
La conclusión:
La Moda es el disfrute de contar una historia y más allá de contarla, vivirla. Es sentir que se tiene lo necesario para ser esa persona que se quiere ser, aunque sea por un día.
Cuando una persona se provoca una sensación, como se dijo anteriormente, está queriendo crear un personaje y la mejor manera de representarlo es sentirlo; con tacones que la obliguen a erguirse o con vestidos que muestren lo debido y escondan lo necesario.
La Moda también puede ser considerada como arte. Mientras que a muchos les basta con apreciar la belleza de una campaña gráfica, otros pueden ser más curiosos y divertirse descifrando el verdadero contenido de esas imágenes. Lo que ocurre cuando esos dos placeres convergen en una misma persona es que, muy probablemente, ésta se convierta en comunicadora de moda o, en su defecto, blogger.